DESCRIPCIÓN
El asma y la alergia son las afecciones crónicas pediátricas más prevalentes y están fisiopatológicamente relacionadas. La marcha atópica es el proceso por el cual la dermatitis atópica puede evolucionar hasta un cuadro de asma alérgica mediante la hipersensibilización a determinados alérgenos durante los primeros años de vida. Existe un amplio abanico de fármacos para el mantenimiento del paciente asmático y el tratamiento de las exacerbaciones, aunque el control de la enfermedad debería tener en cuenta la reducción de la exposición a los alérgenos, así como de los procesos inflamatorios que desencadenan.
El paciente es un niño de 6 años que dese los 2 años ha padecido bronquitis casi cada 15 días, 3 neumonías y dermatitis atópica con eccemas frecuentes. madre con dermatitis alérgica y nacimiento por cesárea. Tratado frecuentemente con salbutamol, corticoides y antibióticos. Pruebas cutáneas alérgicas positivas a ácaros. IgE: 561 Ul/ml.
EVOLUCIÓN
Los padres acuden con el niño a consulta para buscar una solución que no fueran más fármacos. Se le elimina de la alimentación todos los lácteos, el trigo (permitiéndole la espelta), el maíz, la soja y los alimentos ultraprocesados, junto a una pauta de micronutrientes básicos que incluyen los omega 3 y 6, aporte de mayor cantidad de vitaminas A y C, y de micronutrientes específicos como la N-acetilcisteína y la quercetina.
En la primera visita de control a los 4 meses el estado general y de ánimo del niño, el sueño y el apetito mejoran sustancialmente. No ha presentado ningún episodio respiratorio ni cutáneo. En la segunda visita de control a los 8 meses el paciente sigue asintomático. Los padres solamente reportan un episodio de tos y aumento de secreciones que remite aumentando la dosis de: N-acetilcisteina, vitaminas A y C, y quercetina. Actualmente sigue haciendo vida normal, actividad física y sin agudizaciones.