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Infecciones

Remisión mediante micronutrición de las infecciones pulmonares graves persistentes en una mujer de 52 años.

Las micobacterias atípicas son bacterias del mismo género que el de la tuberculosis, pero no causan tuberculosis. Cuando infectan pueden tener consecuencias graves y deben ser tratadas con antibióticos durante 12 a 18 meses, pudiendo causar recidivas. Los antibióticos indicados son los mismos que los utilizados para la tuberculosis. Staphylococcus aureus es una bacteria que puede colonizar de forma persistente en diversas partes del organismo. La nocardia es una bacteria que puede causar infección en diferentes localizaciones aunque el pulmón es la más frecuente, tratándose con antibióticos durante 12 meses. Las combinaciones de antibióticos utilizadas para estas infecciones alteran la microbiota intestinal y los efectos secundarios de importancia más comunes son: nefrotoxicidad, hepatotoxicidad, supresión medular (anemia, leucopenia, trombocitopenia), neuritis óptica y ototoxicidad.

Mujer con bronquiectasias (dilataciones bronquiales) e infecciones persistentes pulmonares por micobacterias atípicas, staphylococcus aureus y nocardia, desde hacía 5 años. Ha recibido tratamiento con diferentes combinaciones de antibióticos a largo plazo que incluían rifampicina, etambutol, azitromicina y septrin, junto a fisioterapia respiratoria. A pesar de los tratamientos seguían aislándose gérmenes resistentes en las pruebas de control, administrándose entonces una distinta combinación o dosis de antibióticos.  

La paciente acude a consulta para intentar mejorar sus defensas y evitar el tratamiento tan prolongado con antibióticos. En los análisis destacan unos factores de coagulación elevados y una vitamina D insuficiente.

Tras el estudio de las pruebas remitidas por la paciente y una analítica exhaustiva, se inicia tratamiento con alimentación restrictiva, micronutrientes básicos (vitaminas activas, minerales, factores vitamínicos, omega 3 y omega 6, aminoácidos esenciales y semiesenciales), con dosis elevadas de DHA (omega 3) y GLA (omega 6), y micronutrientes específicos que incluyen N-acetilcisteína, ácido R-lipoico, y vitaminas C, D3 y K2, asociados a las enzimas serrapeptasa y bromelaína, y a los hongos medicinales cordiceps, reishi y coriolus.

A las pocas semanas de instaurarse el tratamiento con micronutrición y alimentación, se suspenden los antibióticos, mejorando la paciente de sus síntomas respiratorios y de su calidad de vida. En el último año la paciente solo ha requerido una pauta corta de cefalosporinas (antibiótico) por infección respiratoria, y en el TAC torácico de control mejoran los signos de inflamación pulmonar y se observa una estabilidad de sus bronquiectasias. Los cultivos de esputos persisten negativos. La paciente reinicia su vida laboral normal y se encuentra mucho mejor tanto física como psíquicamente.